domingo, 6 de junio de 2010
Sabias matématicas...las odio...pero que sabias son
Hay cosas que simplemente no dependen de uno.
Cuando las intenciones están pero fallan las variables, no podemos resolver la ecuación.
El ejercicio está estancado y no se verán los resultados quién sabe ya hasta cuando.
Cuando se está en blanco a la hora de resolver un problema, sólo estás ahí, mirándolo.
Las matemáticas siempre encuentran la solución del problema, pero es probable que un ejercicio sí pueda quedarse en el desarollo y no dar con el resultado.
A veces en un comienzo disponemos a seguir ciertos caminos para efectuar ese desarollo del ejercicio, pero esas pueden cambiar en el mismo camino.
Cosas no prosupuestadas, sin intención.
Cuando existe una intencionalidad de resolver algo, también es un problema de mutuo acuerdo, porque si eligiéramos simplemente no resolverlo y hasta luego, queda ahí. Pero sí la hay.
Es algo que te deja dando vuelta...que sabes puede tener una consecuencia no deseada, pero aún así quieres seguir adelante...
Existe el recurso probabilístico, y quienes hablan de una suerte de momento y lugar.
Me importa un carajo eso. Sólo sé que estoy más que cansada de encontrar el maldito momento correcto.
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