Fuente: UNESCO.org.
Vistas desde Oriente o desde Occidente, las mujeres árabes son objeto de representaciones a menudo estereotipadas y de discursos que les son ajenos.
El imaginario popular occidental, alimentado por medios de comunicación poco sensibles a realidades a menudo complejas, es proclive a asociar a la mujer árabe términos como opresión y subordinación. Entre tanto, los medios informativos orientales tienden a potenciar una imagen más tranquilizadora de las mujeres como amas de casa, esposas y madres, dejando muy poco espacio a las mujeres independientes y comprometidas.
Percibidas como paradigmas de una autenticidad cultural mítica, de una deriva extremista o de proyectos radicalmente modernizadores; encerradas en problemas de sociedad reducidos esquemáticamente a una elección entre tradición y modernidad, las mujeres árabes se sitúan en el centro de las ambiguas relaciones que mantienen el mundo oriental y el mundo occidental, brillantemente analizadas por Edward Said. Y, sin embargo, las mujeres son actrices esenciales del desarrollo de la región árabe, y es indispensable que, tanto desde Oriente como desde Occidente, se reconozca el lugar que ocupan en el centro de todos los desafíos sociales, políticos, económicos y culturales contemporáneos