domingo, 4 de octubre de 2009

Análisis ético de El cuarto poder; Mad City.


Película protagonizada por John Travolta, Dustin Hoffman y Alan Alda. En este filme se demuestra de forma clara las funciones y no funciones que debe seguir un periodista y los medios de comunicación. La línea delgada de ver si caemos o no en las tentaciones que rodean al medio y de qué forma escogimos entrar o salir de ellas.
En este caso la actuación de Hoffman como periodista, en un comienzo, hicieron que pensara en “que asco estudiar periodismo”, y en la difícil tarea que tenemos como comunicadores para influir en la opinión pública. No estuvo bien que manipulara las circunstancias y luego al secuestrador interpretado por Travolta, para obtener la exclusiva de una noticia que al final él iba moldeando a su gusto.
Si bien en un comienzo lo hizo por conveniencia propia luego el periodista se comienza a ver envuelto en el juego de la “victimización”, donde trataba de ayudar a Sam incluso pasando por encima de sus colegas y con esto negociando y asegurando su futuro en la cadena de televisión.
Llama la atención como la película busca mostrar todos los puntos de vista a la hora de cubrir la noticia:

1. Sam: por su desesperación no sabe como actuar ni lo que quiere, es ingenuo. Hecho que es aprovechado por el periodista para su beneficio personal. De todas formas el espectador de la película tiene claro de principio a fin qué pasa con él y lo entiende. En el fondo era un trabajador disconforme e incomprendido, no un criminal.

2. Máx. (Periodista principal): Llegó a dos extremos éticos en su rubro, primero usa a Sam para funciones laborales y luego de que ve que el “secuestrador” no tiene salida para que la opinión pública cambie a forma positiva el cómo lo ven, busca ayudarle a través de su entrevistas y reportajes. Lo logra en gran parte, hasta que la desesperación de Sam por trata de cambiar su imagen pública para que su familia logre entenderlo, al final le juega en contra. Si bien la función del periodista estaba excediendo su labor como informante y ya pasó a formar parte de la historia colaborando con el personaje principal, no hay duda de que el personaje interpretado por Hoffman dominaba cómo tratar la opinión pública y a las instituciones. Como por ejemplo cuando convencía al jefe de carabineros para que pudiese salir en la televisión entrevistándolo y le decía los beneficios que pudiese lograr, lo hacía también con la jefa del museo diciéndole que dirigiría el museo más famoso de la ciudad.
Cabe destacar sí que en un momento él sí es ético y trata de ser correcto, que es cuando pelea con su colega diciendo que lo que quiere poner en la nota destruiría a Sam y que no es cierto. En ese momento pone en riesgo su puesto de trabajo, pues le ofrecen un programa para él solo o lo amenazan con que nunca más encontraría trabajo. Finalmente decide continuar con sus ideales y ver qué pasaba.

3. Alan Alda: El otro periodista que de alguna forma era el rival en la cadena de Máx, se encarga de mostrar la competencia por aparecer más en los medios, el querer cubrir la historia que no era suya, muestra otro error común en que caen los periodistas que es ser prejuicioso e informar sobre un hecho sin tener claro el contexto de ellos. Él veía que Sam había disparado y hablaba de él como un criminal, pero no se encarga de averiguar qué pasó, ni las circunstancias que llevaron a Sam a pasar lo que pasó. Si bien decía que quería ser “objetivo” con su historia le faltaban varias miradas de ésta para poder entenderla de buena forma. Sí se dio cuenta y desenmascaró a Máx tras anunciarle a la audiencia que lo que su colega hacía en el fondo era por impulsar su carrera y no un hecho noticioso objetivo ni del todo profesional.

Algo que marcó mucho a mi gusto es la actuación de la ayudante de Máx, puesto que al comienzo la muestran muy ingenua y tratando de hacer su trabajo lo mejor posible (me recuerda a los estudiantes de periodismo a la hora de hacer su práctica profesional), y luego la muestran al final de la película queriendo tener la exclusiva de quien había sido su compañero de trabajo, sin importarle que estaba herido ni qué había sucedido con el trato entre ellos. Ella sólo quería ganar la exclusiva y le cobró sentimientos en ese momento a Máx.