jueves, 27 de agosto de 2009

Película: "El precio de la verdad"


Desde que iniciamos los estudios universitarios los profesores nos hablan de la importancia de le ética periodística y de lo cuidadosos que debemos ser para no faltar a la verdad. La comprobación de los datos y las fuentes que usamos para trabajar en nuestros escritos es algo primordial que pondrá en juego nuestro profesionalismo versus la competencia que hay por destacar por sobre otro en un medio de comunicación.
En este caso el personaje principal Stephen Glass, que trabaja en el diario de “The New Republic” busca captar la atención en las reuniones de pauta del resto de sus compañeros a través de su carisma y entretenidas historias para lograr ser publicado. El resultado de esto son 27 historias inventadas de 41 publicaciones, que pondrán en jaque y en la mira de la competencia al diario más importante del país.
Se aprecia cómo el periodista pasa a ser una víctima frente a sus compañeros por el nivel de credibilidad y respeto que ejerce sobre el resto de sus colegas. Es importante destacar como el director del diario nunca pierde la compostura frente al hecho al que se enfrenta. El dilema ético que se ve aquí está en el director del medio, pues éste debe desenmascarar al periodista y pedirle disculpas a los lectores, pero tampoco puede manchar ni destruir la reputación del diario.
Por otra parte al comienzo de la película se ve una discusión entre el ex director y el dueño del medio, del por qué hacer una publicación con imágenes. Si en este caso se hubiesen exigido imágenes, la falsificación del testimonio e invención de las fuentes podría haber sido una tarea más difícil.
Llama la atención como el personaje principal describe al periodismo en el comienzo de la historia: “el periodismo es el arte de captar el comportamiento…yo veo lo que al resto le gusta y escribo sobre eso”. Él era hábil sabía muy bien sobre qué debía escribir para captar a su audiencia.

Hechos puntuales en los que Stephen Glass faltó a la ética:
1. Invención de historias: desde el inicio el protagonista se veía como un gran periodista, sin embargo, luego pasó a ser un gran contador de ficción.
2. Invención de la fuente, personaje e instituciones: Frente a las presiones él no podía comprobar los teléfonos ni podía contactar a los entrevistados. Tomando en cuenta que la fuente es el principal recurso de información de los periodistas, que éste haya recurrido a la invención es el principal daño a la ética profesional. Del mismo modo el error en el que incurren al inventar instituciones y los personajes que complementan su historia.
3. Deslealtad con su fuente de trabajo: hasta el final trató de mantener su historia poniendo en duda a todo el equipo periodístico que lo rodea, principalmente a su director, argumentando que éste lo atacaba por que él le era fiel al ex director, intentando sostener la mentira hasta el final.
4. Abuso de confianza: por sí solo no es una falta a la ética, pero en este caso agravó la situación y la relación periodista-editor.

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