e hijas de la vida, deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti,
y aunque estén contigo, no te pertenecen.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos
pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas,
porque ellas viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar, ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos, pero
no procures hacerlos semejantes a ti,
porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación en tu mano
de arquero, sea para la felicidad.
Es increíble, pero sólo lo posteo por que es algo que estoy viviendo. Es difícil cuando quieres vivir tu vida y toma riesgos, la respuesta de quienes nos guían, siempre es un notable, inminente y cerrado "No"
Duele, pero deben entender que el que queramos crecer no quiere decir que dejaremos de quererlos, ni estar presentes en sus vidas.
Déjennos volar y llegaremos hasta ustedes.