viernes, 26 de septiembre de 2008

Columna de opinión:

Ficha Técnica

Exposición Casa Lo Gandarillas, Ex Casa Santa Rosa.
Lugar de presentación: Casa Gandarilla Av. Colón 1155 con Padre Hurtado.
Horarios: Martes a domingos de 10 AM a 17:00 hrs.

Crítica:

Hemos visto la intención de volver al pasado y remontarnos a la época del glamour, la alta sociedad del siglo XIX y revivir un período de la historia que no deja exento a nadie.
A medida que ingresábamos al hogar que perteneció al primer presidente chileno el señor Manuel Blanco Encalada en el año 1826, nos íbamos adentrando a un mundo que poco a poco nos iba atrapando y empapando de historia. Al cruzar sus pasillos se veían ostentosas y grandes lámparas de lágrimas colgadas al puro estilo francés, muebles de la mejor madera y mármol que se pueda encontrar, estilos arquitectónicos totalmente únicos y clásicos de un siglo como aquél. Los detalles en cada cosa, desde el talle de sus maderas hasta las terminaciones en sus techos y paredes, formaban una exquisita perfección que hacían que un chileno cualquiera pudiese sentirse en las nubes.

La ex Casa Santa Rosa está cubierta de memorias en cada rincón. Muebles al estilo federal que pertenecieron a Balmaceda, copones de porcelana que Napoleón III regaló a Encalada, un piano con cubierta de concha de perlas y muchos detalles más que ya no son fáciles de encontrar en nuestro país y que hacen justicia a los años de historia que tenemos como chilenos.

Al entrar y salir de las mamparas cada vez se reafirmaba más la sensación de pertenencia y satisfacción de sólo imaginar por unos segundos si quiera que pidiésemos vivir allí. La música ambiente que sonaba en sus pasillos nos hacía imaginar que nos encontrábamos en un salón de baile vestidos de la mejor de las formas y tratando con la mejor de las gentes, donde todo podía pasar y nada siquiera volver al mundo real fuese posible.

Si bien sus últimos dueños, la familia Gandarillas, donaron el parque y la casa a la Municipalidad de Las Condes y ellos decidieron remodelarla con fines recreativos y sociales, su estilo colonial puro se mantiene y sigue siendo un túnel del tiempo para los amantes nostálgicos del pasado.